Los huecos en este pazo presentan unas dimensiones
mayores que la generalidad de los pazos similares; en el lateral
este del ala norte presenta un gran blasón con las armas
de los Mendoza.
Toda la finca está vallada con un muro de 2 metros de alto
aproximadamente; por el lateral sur, y colindante con el camino,
existen dos portadas de acceso: una de pequeñas dimensiones
y la segunda, que es la principal, ubicada a la derecha de la anterior.
En el exterior del edificio encontramos múltiples referencias
a los trabajos agrícolas de la época, muestra de
ello es la peculiar “eira” de piedra para “mallar”
el trigo y otros cereales.
Así mismo, posee un hórreo de generosas dimensiones,
con un reloj de sol en la parte superior en un estado de conservación
bastante aceptable.
Por último, comentar que este pazo no posee capilla en
su interior (algo característico en este tipo de edificaciones),
debido a la proximidad de la iglesia parroquial, que se encuentra
justo al otro lado del camino.